El reduccionismo busca estudiar un fenómeno complejo, reduciéndolo al estudio de sus unidades constitutivas de modo que podamos explicar el fenómeno complejo a través del estudio individual de uno de sus constituyentes.
Este enfoque ha predominado en el estudio del ser humano, entendiendo que los procesos que ocurren en él no son más que la suma de un número determinado de factores, haciéndonos buscar relaciones de causa-efecto en todo lo que nos ocurre. Las lesiones no escapan a ello (Seirul-lo, 2017; Bosch, 2015; Mallo, 2020)
La pregunta ‘’¿Por qué me he lesionado?’’ no tiene una respuesta tan clara como generalmente esperamos. Debemos ser honestos con nosotros mismos y entender la gran cantidad de factores que influyen en una lesión y el complejo número de interacciones que hay entre ellos.
Creer que el dolor de espalda es (únicamente) por ‘’sentarse mal’’, que mi lesión de rodilla es porque la tengo ‘’inestable’’ o que mi dolor de hombro es por una ‘’mala postura’’ son afirmaciones extremadamente limitantes cuando queremos recuperarnos. Estas variables pueden ser claves dentro de los factores que se consideran de riesgo para una lesión, pero no son los únicos.
El origen de una misma lesión en dos personas diferentes pueden tener distintas variables y distintas interacciones entre ellas.
En este modelo (Bittencourt et al., 2016), podemos ver cómo los factores que predisponen a una lesión de Ligamento Cruzado Anterior a un jugador de baloncesto y una bailarina, no serán los mismos.
A la hora de recuperar una lesión, por tanto, debemos intentar asesorarnos por personal cualificado capaz de guiar nuestra recuperación, entendiendo la complejidad que entraña comprender los factores de riesgo y sus interrelaciones para reducir al máximo las posibilidades de una recaída.
Daniel Méndez Ramallo - Entrenador y readaptador